Thursday, January 22, 2009

Perspectiva de quien se queda

Y así se fueron todas las despedidas.

Hasta que sólo quedamos dos.

Dos que se quedan callados y no hablan, que se sienten sumamente sólos porque saben que ya no les queda mucho.
Entonces uno de ellos dice: "nos hemos quedado huerfanos" y la otra piensa: "sí, pero jamás seremos hermanos... (y me alegro por eso)"
Comimos en medio de gente. Ninuno de los dos hablaba, sólo dejabamos que la voz de Lourdes golpeara agresivamente al silencio junto con algunas otras voces. Ya no veía la televisión, ya no escuchaba nada, sólo rondaba en mi mente, al igual que en todas las despedidas anteriores, una canción... "mis días sin tí son tan oscuros, tan largos, tan duros, mis días sin tí. Mis días sin tí no tienen noches, ni lunas plateadas ni rastros del sol... pateando las piedras hoy sigo esperando que vuelvas conmigo. Hoy sigo buscando en las caras de ancianos, pedazos de niños, deseando motivos que me hagan creer que aún me encuentro con vida, mordiendo mis uñas, ahogándome en llanto.... extrañándote tanto... Mis días sin tí..."
Y así, cada vez que entraba al 4ºA me detendría por un segundo al pasar por la primera puerta de la derecha.
Sin pensar, levantaba la mano para tocar, pero rápido la quitaba al darme cuenta que no me responderían, como otras veces, pero que ese silencio no significaba que podía pasar, sino que me lo prohibiría.
No habría nadie, no abriría nadie.
Y cuando me sintiera sola, harta del estudio, no podría ir ahí. No podría escaparme de mí, yendo en busca de alguien... de alguien que me entendiera, y que me aguantara.
Y de pronto ya no tenía a aquella chica a la que le daría igual todo y que bailaría como una maniática sexual.
Y de pronto ya no tenía quien me molestara con chistes sexuales, del que tuviera que esconder mi manta roja. No tenía a quien quitarle su gorra, o con quien estudiar en las mañanas tomando mate.
Y de pronto ya no tenía quién me animara con su forma de ser en cualquier momento, con sus historias teatrales que podrían hacer, hasta a la persona más antipática del mundo, sonreír por al menos medio segundo.
Y de pronto ya no podría sacarle fotos en las noches a la chica más fotogénica que hacía que su sonrisa iluminara su cara, junto a la cara de los demás.
Y de pronto ya no tendría a quién prestarle mi cámara para que jugara con ella haciéndola sentir como una fotógrafa profesional y ver cómo sus ojitos se iluminaran de orgullo al ver las fotos que había sacado.
Y de pronto los comentarios de Alberto se hicieron mucho más vacíos, al no poder criticarlos con nadie.

Cada vez que salgo del cuarto para ir al baño me fijo si su luz está prendida, y me extraño al ver que no es así.

Cada vez que se va acercando la hora de cenar me pongo en alerta, esperando que alguien toque la puerta y diga: "JL, vienes a comer?"

Y cada vez que escucho llaves y una puerta, me alegro por un instante, al sentirme segura sabiendo que parte de mí llegó a casa, pero luego me doy cuenta que no era así.

Antes que había ruido, no lo escuchaba, y ahora que casi no hay lo escucho a la perfección; cómo cruje el techo y cada auto que pasa, que en vez de conectarme al mundo, me alejan de él... Y me siento tan desprotegida que no puedo dormir.

Ahora no les puedo preguntar si se bañaron con agua caliente o fría.
Ahora que no tengo clases los viernes, no tengo con quién viajar.
Ahora no tengo con quién cantar la canción de bridget jones "all by myself", irónicamente.
Ahora empieza a salir el sol y no tengo con quién usar el balcón.
Ahora no debo esperar para que sea una hora adecuada y ver si están despiertas para ir juntas a desayunar.
Ahora no tengo que esperar horas para que salgan de bañarse para poder hacerlo yo.
Ahora no tengo con quién practicar cómo balbucean los bebés para mis tareas de fonética.
Ahora no tengo con quién tomar Don Símón, un "vino bueno" o un Yela.
Ahora no tengo de quién burlarme por su mal uso de la lengua diciendo cosas como "seminal".
Ahora no tengo con quién caminar y ver a los "chicos guapos" que pasan.
Ahora sí tengo tiempo para salir al Tormes y esperar a que vean microscópicamente la ropa del outlet de Mango... pero ahora... ahora ya no están.

¿Qué me queda?

La computadora en la que veíamos películas.
La identidad de Giulietta Fulger para ir y alquilarlas (tomen eso!)
Las vistas de la catedral, día y noche, desde el cuarto.
La preciosa universidad que me espera todos los días y la gente aburrida que hay en ella.
Los múltiples viajes que me faltan por recorrer en Europa.
Dos baños para tres personas (por ahora.)
El río Tormes, en un día soleado.
El sonido de las ambulancias por la noche.
Los "chupitos" salmantinos.

...el silencio...

...la soledad...

...el recuerdo....

Me he vuelto adicta a su compañía, quedándome el pesado espacio vacío en el que antes solían estar.























4 comments:

Aldo Yela said...

Si, el vacio esta fatal, pero hacer listados me agrada, me parece que estas muy centrada y valoras lo que has vivido con esta gente.
Que bueno!
Ya te estoy esperando en Mexico para semana santa!
Un besote

Anonymous said...

yaelus pero change is nice. conoceras gente nueva ue ocupara esos espacios y te recordaran de como nada es permanente y por lo tanto canta como dori en buscando a nemo:"jsut keep swimming, just keep swimming"....
beso

Anonymous said...

yaelus pero change is nice. conoceras gente nueva ue ocupara esos espacios y te recordaran de como nada es permanente y por lo tanto canta como dori en buscando a nemo:"jsut keep swimming, just keep swimming"....
beso

vale said...

Yael nostras tb te xtrañamos!!! Ven a Peru pronto!!! TQM!!!