Escribo porque es mucho mejor que leer lecturas obligatorias. Lo más gracioso es que si las viera por mi cuenta sería distinto, tal vez incluso me parecerían interesantes, pero tenerlas aquí para una fecha límite las transforma en aburrimiento. Y en vez de leer el boletín de una academia me dan ganas de leer a Nietzsche (amanecí con unas ganas insoportables, no sé por qué).
Paradojas.
La tos no se ha ido, llevo una semana y media así. Había desaparecido un poco, pero ahora ha vuelto y, no, no la extrañaba. Es que ha vuelto el frío. Como no tengo calefacción hago lo que Anne y enciendo unas velitas. La verdad es que no me calientan para nada. Siento el pecho muy frío. Y por las mañanas me cuesta en exceso salir de la cama; ella me aprisiona, quiere que me quede con ella, pues en parte yo la mantengo calientita y sé que no quiere pasar frío. Me gustaría quedarme con ella -más bien, en ella- mucho más tiempo, pero el ‘deber’ llama. Y entonces la tengo que dejar toda triste. Por la noche sigue resentida conmigo, me recibe fría y un poquito húmeda a causa de su llanto silencioso. En fin, he hablado con ella miles de veces y de hecho conforme va pasando la noche se le pasa, y amanecemos muy enamoradas la una de la otra de nuevo, ella me abraza y yo me hago bolita para que sus brazos me aprieten más. Pero siempre llega el momento de tener que irme, y es lo mismo todos los días. Supongo que en verano será distinto, y le gustará que le dé el sol, y no me echará de menos.
Han arreglado mi persiana, entonces ya tengo luz natural. Últimamente hay sol, pero no calienta nada. Es un poco egoísta y quiere todo el calor para sí, además es 100% ególatra. Entonces sólo se cuela el frío por la “ventana”. Aún así, las vistas son muy buenas y me animan un montón. Antes me deprimía bastante porque tenía dos focos amarillos durante todo el día -daba igual que fueran las 12:00 am o las 12:00 pm- y a veces sólo podía escuchar el recuerdo del viento. Ahora me gusta estar en mi cuarto. Puedo ver el transcurso del día. Antes me iba a la sala con mis compañeras de piso, y tenía que chutarme programas malísimos de televisión que me estaban perforando la cabeza, ahora sólo escucho mi música y leo o veo hacia afuera o contemplo los estandartes luminosos de las velas.
La verdad es que no tengo mucho tiempo libre.
Por las mañanas tengo pocas clases pero siempre aprovecho para ir de compras o hacer cosas que “tengo” que hacer. Y por las tardes tengo clases después de comer. Generalmente salgo de clase a la hora en que prácticamente todo está cerrado, y es un poco deprimente saber que vuelves tan tarde a casa en compañía única del frío.
Necesito calor.
Voy a danza cuatro veces a la semana, y la adoro. Ahí tenemos una pequeña familia. Nos reímos muchísimo en clase, están todas locas, muchas veces no entiendo lo que dicen o no puedo seguir su humor, entonces sólo me miran muertas de risa, y yo respondo con una mirada de pánico. Es una clase muy completa. Tratamos aspectos tanto internos como externos. La profesora ya me ha dicho varias cosas que me pegan, es decir, tiene unas puntadas conmigo muy claras, y me hace pensar que mi piel y mis arterias son más transparentes de lo que pensaba. Y como ella puede verme, me siento acompañada y me contagia su sonrisa.
Supongo que este post podría considerarse un "update" de mi situación, para aquellos que quieren saber más de mí y que no les escribo, y que luego se quejan conmigo por no responderles. Lo siento de verdad. No soy una mala persona, lo prometo. Es sólo que cuando recibo noticias me quedo contenta al saber que ustedes están bien y que siguen ahí. Con eso basta.
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:)
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