Soñé que tenía que quitarme la ropa, específicamente los calcetines. Me quite un par, y debajo había otro -el par que me había puesto por la mañana sin imaginar que al acostarme soñaría con él- pero resultó ser un par impar: en un pie había uno de otro tamaño y de otro color, en el otro el verde gordito (ya empieza a hacer frío). Habría jurado que me había puesto los dos calcetines iguales, y descubrí que debajo tenía unos mucho más largos, de rayas de colores que me llegaban hasta las rodillas. Una voz en el fondo dijo: "te los tienes que quitar todos".
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